danielorbis

sábado, 26 de febrero de 2011

¡Duendes viven en un subsuelo de La Mariscal! "Quito - Ecuador"


Además de cumplir deseos son juguetones y muy amigables.




Como salidos de un cuento de hadas o de películas de seres mitológicos, pequeños personajes con orejas largas, narices puntiagudas, rostros arrugados y coloridos trajes, llegaron a la capital.
No andan sueltos por las calles, tampoco es fácil verlos, pero desde hace algunos meses tienen su hogar debajo de Quito. En el subsuelo del local comercial Luna de Plata, ubicado cerca del mercado artesanal, al norte de Quito, estos extraños seres han creado su propia cueva para habitar y hacer de las suyas.
Un lugar oscuro con ramas, ambientado por el sonido de la naturaleza, se ha convertido la guarida de los duendes. Desde ahí se roban el corazón de quienes los conocen.
Con grandes sonrisas, atuendos cómicos y magia en sus miradas, los pequeñitos enamoran a sus espectadores, y aunque sean hechos de masa parecen tan reales que cualquiera termina creyendo en su existencia.
Hay de todo un poco: músicos, princesas, brujas, payasos, magos y hasta borrachitos, todos con un toque especial de dulzura y sonrisas.
Patricia Mosquera y su esposo Jimmy Luna son literalmente los “padres” de estos seres, Patricia aprendió hace algunos años a crearlos y desde entonces se han convertido en su razón de vivir. “Desde niña he creído con los duendes y los seres mitológicos, pero ahora sé que existen”, comentó.

¿Verdad o fantasía?
Jimmy, al igual que su esposa, nunca ha visto un espíritu travieso pero cree profundamente en que existen. “Es como la fe, no hace falta ver para creer”, dijo. Este artesano cuenta que a diferencia de él y Patricia, su hijo sí ha sido testigo de la existencia de estos seres.
Una mañana, mientras él regresaba a casa luego de hacer compras para el hogar, entró a la cocina y se topó con un hombre de bajísima estatura, con un sombrero grande y barba larga. El pequeño corrió asustado mientras este ser hizo lo mismo, ambos huyeron en sentido contrario, pues tanto para el niño como para el gnomo, el encuentro resultó sorprendente.
Según las leyendas, los duendes son seres juguetones. Los creyentes en estos seres piensan que las personas no deberían sorprenderse si alguna vez sus pertenencias parecen extraviarse y luego aparecen, pues sería parte de las travesuras de los “duendecillos”.
En reiteradas ocasiones, Patricia ha escuchado ruidos y risas en el interior de la cueva. Al ingresar al local para constatar que todo esté bien, se ha encontrado con algunas cosas movidas de su sitio y a los duendes en el piso, como si se bajaran de los muros y las ramas para jugar un momento. ¿Realidad o imaginación?

Los sueños se hacen realidad
Según Jimmy, en nuestro país nunca ha existido una cultura de duendes, más bien siempre se ha implantado el temor a lo desconocido, pero para él la situación cambia, porque desde hace algún tiempo mucha gente no cree que los duendes son diabólicos, sino que forman parte de la naturaleza.
Lo más interesante es que estos muñequitos no sirven únicamente como adornos o accesorios de hogar, son tan mágicos que hasta cumplen deseos, según el dueño de la cueva. Por ejemplo si usted busca amor o dinero lo único que debe hacer es programar a su gnomo, colocándo un corazón o una moneda enganchada a la ropita de este ser y luego le pide con todo mucha fe lo que tanto desea y al cabo de un tiempo sus sueños se hacen realidad, cuenta Jimmy. ¿Será verdad?... Compruébelo.

Quieren adoptarlos
Tanto es el desconocimiento de los ecuatorianos frente a este tema que Patricia ha recibido algunas llamadas de personas preguntándole cómo se puede adoptar un duende y aunque suene extraño la gente ha llegado a pensar que ellos son de verdad.
“Una señora me llamó y me preguntó qué documentos necesitaba para adoptar uno; no podía creer lo que escuchaba, esta mujer buscaba un hermanito para su hijo”, contó Patricia.
Y aunque usted no los adopte literalmente, el cuidado y el amor que un duende necesita es muy parecido al de un niño, así que si decide comprar uno debe también ponerle un nombre. “Los duendes también necesitan afecto y mientras más cariño les dé, más gratos son”, señala Patricia.
Si usted quiere contentar a su muñeco puede colocarle dulces u objetos dorados, pues es este su color favorito, según la dueña de la cueva. Cuando uno de estos seres se vuelve muy travieso es porque seguramente olvidó colocarle uno que otro caramelito para consentirlo.
También puede convertirte en uno de sus creadores, pues Patricia y Jimmy no solo los comercializan, también ofrecen cursos a quienes estén interesados en aprender a confeccionar duendes. Recomiendan que le pongan mucho amor y cariño en su elaboración.
Fuente: extra.ec

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